Y así terminó mi camino por la secundaria, una etapa llena de aprendizajes, amistades y experiencias que jamás voy a olvidar. Cada año tuvo lo suyo: nuevos compañeros, profesores que marcaron la diferencia y momentos que me hicieron crecer tanto en lo académico como en lo personal.
Tuve la suerte de contar con titulares como Miss Liz y Miss Paty, que no solo enseñaron, sino que también nos apoyaron y motivaron a seguir adelante. Además, actividades como los retiros al Temazcalito y los apostolados me ayudaron a ver la escuela desde otra perspectiva, más allá de los libros y las tareas.
Estoy agradecida por todos esos recuerdos y por las personas que conocí en el camino, porque al final, eso es lo que hace que la secundaria sea especial.
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