En la secundaria tuvimos varias experiencias fuera de clase, como los retiros al Temazcalito. Ahí nos salíamos del salón, convivíamos un rato, hacíamos juegos y también momentos para pensar en nosotros y en lo que queremos. A veces era cansado, pero siempre divertido.
También hicimos apostolados, que eran actividades para ayudar a la comunidad y apoyar a los demás. La verdad, eso estuvo bien porque nos hacía sentir que estábamos haciendo algo importante, no solo estudiando todo el tiempo.
Esas actividades fueron de lo más padre de la secu, porque nos juntaban más como grupo y nos dejaron recuerdos buenos.
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